– En su condición de vocero “de facto” del gobierno, y teniendo en cuenta que puede considerársele su funcionario más influyente dada su cercanía con el presidente Danilo Medina, hay que tomarse en serio cualquier cosa que diga el Ministro Administrativo de la Presidencia José Ramón Peralta. Como por ejemplo su “reproche” a los funcionarios que aprovecharon un acto encabezado por el mandatario, el inicio de los trabajos de ampliación del Puerto Multimodal Caucedo por parte de un importante grupo empresarial, para pedir su reelección. Son ellos el Director General de Aduanas, Enrique Ramírez Paniagua, quien citó a un inversionista internacional que habría dicho que si el país no reelige a Medina se perderá de ser la Singapur del Caribe, y Víctor Gómez Casanova, Director de la Autoridad Portuaria Dominicana, quien afirmó que “sería un suicidio cambiar de capitán en medio del mar, después que el barco zarpa”. Esa clase de pronunciamientos hace tiempo que forman parte de los actos oficiales que encabeza el presidente Medina y, hasta donde se sepa, al Ministro Administrativo de la Presidencia nunca le han parecido “desatinados”. Aunque en esta ocasión la diferencia parece estar en el hecho de que se trató de una actividad privada, en la que el mandatario era el invitado de honor pero invitado al fin y al cabo, por lo que no resultó de buen gusto contaminarlo con política. Pero cometerían un error quienes a partir de esas declaraciones concluyen precipitadamente que la reelección ya fue descartada en el Palacio Nacional, pues si hay algo que los políticos dominicanos desarrollan con rapidez, una vez llegan al poder, es su capacidad de simulación, un arte tan antiguo como la humanidad en el que este gobierno tiene verdaderos maestros.