El propósito no es ofender, aunque reconozco que algunos legisladores pueden sentirse ofendidos con tan solo leer el título, pero si son honestos deberían reconocer que algunas leyes salidas del Congreso son auténticas gallolocadas, insultos a la inteligencia y el sentido común de los ciudadanos que pagan sus salarios. Un buen ejemplo, pero no el único, es la Ley 63-17 sobre Tránsito Terrestre, en la que se penaliza a sus infractores utilizando como referencia el salario mínimo, que al momento de su aprobación era de RD$5,117. Es preciso aclarar que esas multas no se están aplicando debido a que las autoridades consideran, con razón, que son demasiado altas si se toma en cuenta los bajos ingresos de la población y de los choferes del transporte público, por lo que se sigue aplicando la antigua tarifa, técnicamente derogada. Pero si una multa de RD$5,000 por una luz dañada, una de las infracciones mas “baratas”, es demasiado alta, mucho mas lo son los diez mil pesos a los que fue elevado, desde ayer, el salario mínimo, con lo que habría multas que llegarán hasta los cien mil pesos. Lo último que supe de esas multas inaplicables fue que Tobías Crespo, presidente de la Comisión de Obras Públicas y Comunicación Vial de la Cámara de Diputados, anunció que sometería un proyecto de modificación a la Ley 63-17 para reducir el monto a 2,500 pesos, pero ignoro si lo hizo. ¿No se le ocurrió pensar a ningún “honorable” que utilizar de referencia el salario mínimo era excesivo y que, además, podía ser elevado? Sabemos por experiencia que esas cosas pasan porque nuestros legisladores con frecuencia votan por iniciativas que no se toman siquiera la molestia de leer, algunas veces obedeciendo como borregos un mandato de su partido y otras por vagancia. Pero sea una cosa o la otra no nos merecemos que nos representen de esa manera, sobre todo cuando sus gallolocadas, como en este caso, los llevan a poner huevos cuadrados.