Si en algo este Gobierno ha sido consistente es en la descalificación sistemática de sus críticos, una práctica en la que se ha llegado bastante lejos y a la que no escapa, como es lógico suponer, el presidente Mejía. Pero no siempre es ese un recurso eficaz, sobre todo cuando el que descalifica es un Gobierno que no está, precisamente, en su mejor momento en cuanto a popularidad se refiere. Que se nos diga ahora que los organizadores de la huelga general programada para el próximo miércoles no tienen calidad moral para alentar ese paro, como acaba de hacer el mandatario, carece absolutamente de importancia, sobre todo si tenemos en cuenta que tampoco tienen eso que los politólogos llaman representatividad social. Por eso hay tanta convencida de que este paro será exitoso, al igual que el celebrado el pasado mes de noviembre por los mismos convocantes, pues están dadas las «condiciones objetivas», como decía la vieja izquierda revolucionaria, que no son otras que una población golpeada inmisericordemente por la peor crisis económica de la que se tenga memoria.
[b]Planes de contingencia[/b]
Nadie en su sano juicio puede pretender que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no pongan en marcha algún «plan de contingencia», o como quieran llamarle, para contrarrestar los malignos efectos de la huelga que organiza el Colectivo de Organizaciones Populares, como garantes que son del orden y la paz pública. Lo que sí es de lamentar es que recurran, en ese legítimo esfuerzo, a métodos tan antidemocráticos como el arresto preventivo de dirigentes populares o comunitarios a los que se cree vinculados al movimiento de protesta, o que se nos vuelva a someter al bochorno de los odiosos operativos «centella». Nadie ha podido demostrar, hasta el momento, que esos previsores arrestos, o el decomiso anticipado de cientos de armas ilegales en manos de la población, tengan algún efecto positivo en el balance final de esas protestas, lo que no ha impedido, sin embargo, que se hayan convertido en el método predilecto para enfrentarlas.
[b]Ocurrencias sanjuaneras[/b]
Parece que en San Juan de la Maguana, desde antaño tenida como tierra donde se aposenta la brujería, tienen su particular manera de sobrellevar los malos tiempos, a juzgar por las curiosas noticias que nos llegan desde el llamado granero del sur. Según cuenta El Caribe los lugareños de Bohechío están muy nerviosos por la frecuente aparición, en las noches sanjuaneras, de un pájaro gigantesco, parecido a un pavo, que ataca sin motivo aparente a las personas. La gente de Bohechío -que ha pedido, según la crónica periodística, que no se burlen de su desgracia- explica que por lo menos cinco personas han resultado heridas tras los ataques del extraño animal, por lo que esperan que las autoridades pongan fin a una situación que les ha robado, según dicen, la tranquilidad. En manos del Gobierno está, pues, decidir si le pone caso o no al singular drama que asegura vivir la gente de Bohechío, que no solo ha demostrado que está muy asustada sino que tampoco siente mucho aprecio por una carne que, como la de pavo, algunos consideran muy suculenta.