Mudanzas de conveniencia.- ¿Qué razones puede haber para que, desde las pasadas elecciones para acá, miles de personas hayan decidido solicitar a la Junta Central Electoral un cambio de residencia de una provincia a otra? Lo que la experiencia nos ha enseñado es que esos cambios, tal y como se han denunciado,  enturbian  los procesos electorales, abriendo espacio al fraude y  la manipulación grosera de la voluntad de los electores.

La propuesta del Senado, contenida en una resolución entregada ayer al pleno de la JCE por una comisión de legisladores, de que se dejen sin efecto los cambios masivos de residencia realizados desde un municipio  a otro, parece a simple vista una solución demasiado radical pero tal vez sea la más adecuada en  las presentes circunstancias, pues permite eliminar de un plumazo una práctica perversa que degrada la calidad de la democracia dominicana y  solo conviene a unos cuantos políticos avivatos y marrulleros.

 El otro paraíso.-  Si de algo ha servido el espectacular hallazgo de 4.5 millones de dólares en una yipeta blindada, cuya propiedad se atribuye a  un poderoso capo del narcotráfico de nacionalidad puertorriqueña hoy  prófugo, ha sido para poner en evidencia la inobservancia de los controles legales existentes sobre el trasiego y manejo de grandes capitales, cual es el caso de la Ley de Lavado de Activos que obliga a bancos, financieras, agencias inmobiliarias y otras empresas a declarar a las autoridades las transacciones que excedan los 10 mil dólares.

Esa consuetudinaria inobservancia es la que explica la advertencia del fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso, a bancos, dealers y empresas de bienes raíces sobre la necesidad de respetar esa disposición, pues el país corre el riesgo de convertirse –si no es que se ha convertido ya, habría que agregar– en un paraíso para el lavado de dinero producto del narcotráfico, la corrupción y  otros delitos.