Qué se dice

Qué se dice

A veces hay que sacar hasta de donde no hay con tal de sobrevivir a las adversidades, ahora que los combustiles alcanzan nuevos niveles de elevación incosteables para los presupuestos familiares y hasta empresariales. El común de la gente está forzada a modificar patrones de consumo. Va a ser necesario emplearse a fondo para reducir el uso de vehículos de todo tipo. El ciudadano que vaya y venga por esas calles de Dios, sin organizarse con sentido de ahorro, pagará unas duras consecuencias. En sentido general habrá que eximirse frecuentemente de salir a compras o paseos. En muchos casos será preferible caminar o tomar el autobús si con ello evitamos frecuentes visitas a las gasolineras. Ha llegado la hora de asignar más tareas a la piernas. ¡Nada es tan saludable como caminar! Esto lo recuerda con insistencia a los dominicanos el distinguido cardiólogo Héctor Mateo. Aquellos que por causa de los altos precios de los combustibles dejen atrás a su estilo de vida sedentario estarían sacando provecho de esta terrible crisis de precios.

[b]Esperanza[/b]

Esta que comienza es, en verdad, una semana de expectativas favorables, pues con cierto grado de confianza se aguarda para los próximos días el capítulo final del proceso que conduce aun acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que restablecería el programa de ajustes económicos. Recientes evaluaciones positivas de este organismo sobre el desempeño del gobierno indican que la reconciliación está cerca lo que produciría la reapertura de compuertas y el ingreso de financiamientos vitales. El gobierno, como ya se indicó, acaba de ponerse al día en sus compromisos con el exterior. En el ámbito político está el rumbo tranquilizador que toma para el país el plan de modificar la ley electoral, a lo que se opone una amplia fuerza política y social. Afortunadamente, los sectores que se ha propuesto establecer un sistema de multicandidaturas han subordinado sus pasos a lo que opine la Suprema Corte de Justicia. Esto da un respiro aunque procede advertir que independientemente de lo que diga al alto tribunal en materia constitucional, la Ley de Lemas tendría desastrosas consecuencias sobre el proceso electoral.

[b]Arroz amargo[/b]

Mientras el consumidor sufre las consecuencias de una escalada alcista en los precios del arroz –el cual no podría ser sustituido por plátano pues también está muy caro- los molineros organizados proclaman que muchos de ellos se han ido a la quiebra, cerrando factorías por una caída de la rentabilidad o en vías de embargo por insolvencia ante los bancos. Con todo y los precios altísimos de este alimento, inalcanzables para la mayoría de los dominicanos, el procesamiento del arroz habría dejado de ser un negocio remunerativo, a juzgar por el grito de los dueños de factorías. Si damos crédito a sus palabras, el gobierno debe considerarse obligado a revisar todo lo que tenga que ver con este renglón del agro y desarrollar un programa de emergencia que garantice el suministro de insumos y la protección fiscal sobre la producción e industrialización del cereal preferido por los dominicanos.

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