Qué se dice

Qué se dice

En eso el PPH, o mejor dicho sus estrategas, tienen toda la razón: una vez cumplida su misión de poner al Presidente de la República en la ruta de la reelección, no tiene mucho sentido seguir sustentando un proyecto político que ya agotó su vida útil. Por eso el discurso del PPH, en boca de sus principales voceros, ha cambiado de predicamento, pues ahora lo que verdaderamente importa -eso dicen- es el Partido Revolucionario Dominicano, la unidad tantas veces invocada, que se entiende imprescindible si se quiere seguir disfrutando de las dulces y embriagantes mieles del Poder. El problema es que, en el maltrecho y dividido PRD de hoy, las cosas no son tan fáciles como cambiarse de chaqueta, pues el triunfo del reeleccionismo se llevó de encuentro muchas cosas, entre ellas la posibilidad de un entendimiento que salve al partido del célebre jacho prendío de una vergonzosa derrota el próximo 16 de mayo.

[b]¿Por qué?[/b]

En los llamados corrillos judiciales hay quienes se preguntan porqué el Procurador General de la República, el doctor Víctor Céspedes Martínez, da tantas vueltas para estampar su firma en la orden de libertad de los orientales Cheng Ngow Chai y Ng Choon Seng, acusados junto al diputado Radhamés Ramos García de tráfico de ilegales a través de la frontera con Haití, luego de que una compañía de seguros donara la fianza que les permitirá recuperar su libertad. Los abogados de los orientales se han cansado, desde la semana pasada, de dar viajes a la Procuraduría, y no ha habido forma, según relatan, de que un trámite tan simple ponga fin a la terrible injusticia de mantener encerrados a sus clientes, mientras el principal acusado de esos hechos disfruta de su bien pagada impunidad parlamentaria. El inexplicable mamoneo del doctor Céspedes Martínez ha motivado que los defensores de los orientales depositen una querella ante la Suprema Corte de Justicia, alegando que el máximo representante del Ministerio Público ha desacatado una orden de libertad que nadie sabía, hasta el sol de hoy, que costara tanto trabajo darle curso. ¿Cuál será el misterio?

[b]El embeleco[/b]

Cuentan las malas lenguas, de esas que tanto abundan en un país que rinde culto al chisme y las habladurías, que muchos seguidores del doctor Rafael Suberví Bonilla andaban ayer con el truño larguísimo, ante la posibilidad de que el veterano dirigente político vuelva a dejarse seducir por los interesados cantos de sirena del PPH, que ha tenido el generoso gesto, según Eligio Jáquez, de aplazar la selección del candidato vicepresidencial y la reestructuración del partido hasta tanto Suberví Bonilla y Milagros Ortíz Bosch se integren, junto a sus seguidores, al proyecto reeleccionista. Lo que esa gente teme, según se dice, es que Fello se crea el embeleco de la candidatura vicepresidencial y se embarque en una aventura que supondría, en las presentes circunstancias, su suicidio político. Hay que suponer, sin embargo, que Fello hace tiempo que dejó de chuparse el dedo, y que si finalmente se arriesga a tragarse un hueso tan grande y peligroso será porque sabe, en su fuero interno, conqué está contando.

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