QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

El mensaje. El senador  por Peravia Wilton Guerrero, en el vórtice de la opinión pública desde que hiciera su espectacular denuncia de que el narcotráfico opera a sus anchas gracias a la complicidad y la protección de las principales autoridades de la provincia, cree que el cadáver  baleado y amordazado encontrado en una jeepeta abandonada  puede ser “un mensaje” relacionado  con la matanza de Paya, en Baní, en la que murieron  siete ciudadanos colombianos, pues al legislador peledeísta también le ha llamado la profundamente la atención el hecho de que la jeepeta  fue dejada en la intersección de las calles Paya y Boca Canasta, en una urbanización en la que sus residentes son, en su mayoría, oriundas de la provincia Peravia. ¡Por supuesto  que es un mensaje!

El asunto es saber a quién va dirigido ese siniestro mensaje ¿A los que dieron el “tumbe”, que se alzaron –según versiones que nadie ha desmentido todavía– con más de 1,200 kilos de cocaína y una fuerte suma de dinero en pesos y en dólares? ¿Al senador Wilton Guerrero, que ha tenido la valentía y el coraje casi suicida de dar la voz de alarma sobre lo que ocurre con el narcotráfico en su provincia? ¿A los que guardan prisión acusados de participar en la matanza, para que sepan lo que les puede pasar si se les ocurre soltar la lengua? ¿O será que el “mensaje” va dirigido, en realidad, a la sociedad toda, y más que un mensaje haya que tomárselo como un desafío abierto y arrogante?

El senador Guerrero cree que quienes investigan la matanza de Paya deben ponerle mucha atención a este hecho, pues probablemente se trata de los mismos autores intelectuales y tal vez hasta de los mismos asesinos. Compartimos la creencia del legislador  de que existe algún tipo de conexión entre ambos hechos, pero también sus dudas de que las  indagatorias que se encaminan para su esclarecimiento lleguen –como suele decirse– “hasta las últimas consecuencias”.

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