Qué se dice

Qué se dice

Llover sobre mojado.- Aunque suene redundante, como cuando llueve sobre mojado,  debo iniciar esta columna con una afirmación que les sonará familiar: el PRSC, o lo poco que queda del partido fundado por el doctor Joaquín Balaguer, está a punto de sufrir una nueva crisis divisionista. ¿La razón?  Sus fuerzas internas se mueven en direcciones opuestas, irreconciliables, pues mientras una parte de su dirigencia desea seguir pegada a la pródiga teta del gobierno, disfrutando de cargos públicos y  los dulces privilegios del poder apoyando una alianza con el PLD desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales del próximo año, otros quieren que  apueste a su resurgimiento, a trillar su propio camino, para lo cual resulta imprescindible llevar su propio candidado y probar suerte frente al electorado.

Esas fuerzas contrapuestas, que pugnan por imponer  el rumbo a seguir,  han sido sometidas  a una prueba de máxima tensión luego de que la Comisión Política decidiera  expulsar, el pasado sábado, al doctor Humberto Salazar, quien al enterarse de la decisión amenazó a su vez con destituir a quien considera su  principal promotor: el diputado por Jarabacoa y secretario general Ramón Rogelio Genao. ¿En qué parará el tirijala? Es difícil adelantarse a los acontecimientos, prefigurar un desenlace,  pero los pronósticos no son precisamente optimistas, pues todo apunta a que las desavenencias entre esos dos grupos claramente diferenciados, o mejor dicho su incapacidad para  dirimir sus desacuerdos  dentro del ámbito institucional del partido, precipitarán una nueva  fragmentación que pudiera devenir en disolución.

Un triste pero previsible final para un partido que ha dejado su impronta en la vida política dominicana pero que no fue concebido para sobrevivirle a su fundador, sin duda el mayor obstáculo al que se enfrentan los que hoy pretenden devolverle al afónico gallo colorao el vigoroso canto  de sus tiempos de gloria.

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