La guerra interna. – ¿Qué hacían un padre y su hijo, ambos miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), trabajando juntos en el chequeo de los vehículos que viajan a Puerto Rico en el ferry? Rafael Sánchez y Ezequiel Figueroa acaban de ser expulsados de manera deshonrosa del organismo antinarcóticos por alegadamente recibir dinero a cambio de no cumplir con sus responsabilidades. Y está bien que así sea, pues a estas alturas ya debe saber el mayor general Rolando Rosado Mateo, quien en el corto tiempo que lleva en la institución ya ha expulsado por inconductas a ocho agentes, que su guerra a muerte contra el narcotráfico tiene que librarla tanto dentro como fuera de la DNCD, pero alguien debería explicar porqué, dada la relación de consanguinidad tan próxima entre los expulsados, se encomendó a esa mancuerna una misión tan delicada y plagada de tentaciones.
La carta.- La contrareforma que ha puesto en marcha el pacto entre el PLD y el PRD quiere llevarse de encuentro, también, la independencia funcional del Ministerio Público, al establecer que la Carrera del Ministerio Público, una conquista institucional que ha costado casi diez años consolidar, excluya también a los procuradores generales de las cortes de apelación y los fiscales de los distritos judiciales. Preocupado, el Procurador Radhamés Jiménez dirigió una carta a Reynaldo Pared Pérez, presidente de la Asamblea Revisora, en la que le advierte que cambiar el modelo actual sería un error, y dice abiertamente porqué: potenciaría la odiosa práctica política de repartir tras cada cambio de gobierno los cargos directivos del ministerio público…. Si así están las cosas, es lógico entonces que el Procurador haga extensiva su carta a la dirección del PLD, pues fue allí donde se pactó arrojar al zafacón los avances logrados por el ministerio público durante los últimos ocho años.