Casi estamos tentados a creerle al diputado perredeísta Christian Paredes cuando niega que se haya restituído el nombre de Pico Trujillo al Pico Duarte, aunque sí es preciso rechazar su acusación de que esa noticia, publicada por este diario, sea otra de las «calumnias» orquestadas por quienes se oponen al trabajo que realizan nuestros legisladores. Paredes, quien presidió una de las comisiones especiales que estudió el proyecto sobre áreas protegidas que mutiló los parques nacionales, cree que con esa «descabellada mentira» se busca que el presidente Mejía observe la iniciativa aprobada a pesar de la oposición, prácticamente, de todos los sectores de la vida nacional. Concedamos, no obstante, el beneficio de la duda a nuestros legisladores, confiados en que no nos encontraremos luego con la desagradable sorpresa de que la estatua del Patricio que corona la más alta elevación de las Antillas Mayores ha sido sustituída, para dar cumplimiento a la histórica hazaña del Congreso Nacional, por la del odiado tirano de San Cristóbal.

[b]Dudas[/b]

La familia del sargento del Ejército Nacional Willkin Cuello González, preso en un cuartel militar por una falta disciplinaria que habría cometido mientras se encontraba de servicio en Irak, insisten en exigir una explicación ante lo que definen como un abuso de poder contra su pariente, al que alegadamente se ha sometido, según su denuncia, a severos maltratos físicos que le han provocado lesiones de consideración. Como se ha dicho que se trata de un asunto de estricto índole militar, un mundo cerrado que funciona según sus propias reglas, parecería que de ahí no debe pasar la cosa. Ocurre, sin embargo, que esas acusaciones son demasiado graves como para que sean pasadas por alto, sobre todo cuando se habla de maltratos, definitivamente condenables se produzcan donde se produzcan. )No podrían las Fuerzas Armadas permitir que esa gente vea a su familiar preso para que pueda así, al igual que el resto del país, aclarar las dudas sobre su verdadero estado de salud?

[b]Ventajas comparativas[/b]

No es precisamente la clase de compañía de la que, dadas las circunstancias, deberíamos sentirnos orgullosos, pero tratándose de una república bananera, tercermundista para más señas, figurar junto a los Estados Unidos, el paradigna de la libertad y el respeto a los derechos individuales, en otro de los tantos informes que elaboran instituciones vinculadas a los derechos humanos, no deja de ser un consuelo, aunque solo sea el triste consuelo de los tontos. Que Estados Unidos encabece un informe de Amnistía Internacional, que acusa a sus tropas de haber cometido «graves abusos» contra los derechos humanos en Irak, es sin duda un singular acontecimiento, que terminará llevándose de encuentro a mucha gente poderosa. Aquí, sin embargo, aparecer en todos y cada uno de esos informes no le roba el sueño a nadie, aunque disfrutar de esas ventajas comparativas, para decirlo en el lenguaje que mejor entienden los gringos, sea también otra forma de consuelo.