Escándalo.- Unos se frotan las manos, calculando por anticipado los beneficios políticos que obtendrán, pero los mas creen haber confirmado lo que creían saber hace tiempo: que el Hombre del Maletín sigue haciendo de las suyas en el Congreso, repartiendo a manos llenas su oro corruptor y haciendo ofertas imposibles de rechazar a cambio de la aprobación o el rechazo de tal o cual proyecto de ley. Los rumores de que ha corrido el dinero entre los diputados para aceitar la aprobación de varios proyectos, entre ellos el préstamo por US$93 millones para la adquisición de los Super Tucanos, ha provocado un comprensible alboroto en la opinión pública, que sigue bien de cerca las evoluciones de un escándalo que 24 horas después de destaparse en plena sesión de la Cámara Baja ya alcanza, según versiones periodísticas, a encumbrados funcionarios del gobierno que habrían cobrado comisiones por un monto de US$14 millones. Es difícil predecir las repercusiones que tendrá la denuncia del diputado peledeísta Elso Segura en la imagen y la credibilidad del actual Congreso, dominado por el oficialismo, y por vía de consecuencia también en el gobierno, pero es probable que el daño ya esté hecho.
El candado.- Lo que está ocurriendo con los automóviles con el guía a la derecha ya ha ocurrido antes con otros problemas a los que se ha permitido crecer hasta adquirir proporciones inmanejables, difíciles de enfrentar una vez se decide plantarle cara, y todo gracias a nuestra tradicional indolencia. Ahora resulta que son miles, no unos cuantos como al principio, cuando eran tan solo una rareza digna de llamar nuestra atención, los vehículos con el guía a la derecha que andan por esas calles de Dios, que existe todo un entramado, desde los talleres donde se realiza la reconversión para ponerles el guía a la izquierda hasta los importadores y dealers, y que cerca de quince mil familias perderían su sustento si se prohíbe importar desde Japón esos vehículos. O sea que ahora estamos ante un problema social y como tal hay que manejarlo. ¿Cuándo aprenderemos a poner el candado antes, no después, de que se produzca el robo?