El mensaje.- El mensaje es claro, las ratas no pueden trabajar aquí. Los que se dejan permear y se asocian a los delincuentes hacen daño a la DNCD, a las Fuerzas Armadas y a la Policía. Todos tienen que responder ante la justicia. La afirmación del general Rolando Rosado Mateo, recogida por el periódico El Día, no ha podido ser más contundente.
Y así de contundente fue la expulsión deshonrosa de la dotación completa del organismo antinarcóticos en Samaná por cobrar peaje a los narcotraficantes, al igual que la de varios miembros –incluido un alto oficial– de la dotación de Boca Chica que se dedicaban a darle tumbes a los narcos bajo las órdenes de un ciudadano italiano. Pero la cosa no se detiene ahí. Ayer el portavoz de la DNCD, Ramón Alcides Rodríguez, informó del apresamiento de varios agentes de las dotaciones de Puerto Plata y San José de Ocoa, acusados de colaborar con el narcotráfico. Es evidente, así las cosas, que el general Rosado Mateo está cumpliendo su palabra de sacar las ratas que deshonran a la institución, pero al ritmo que va la limpieza cualquiera diría que habrá que declarar desierta a la DNCD.
Armas al pecho- Mientras esté prohibida la importación de armas y municiones, se estarán produciendo contrabandos como el detectado en Santiago a una banda que operaba, según han podido determinar las autoridades, en contubernio con funcionarios de Aduanas en esa ciudad. Claro, quien así opina es la Asociación de Importadores de Armas, que desde hace tiempo viene denunciando la existencia de un activo mercado negro al que acuden los ciudadanos en procura de un arma conqué protegerse pero también los delincuentes y narcotraficantes, y no hay dudas de que está hablando en defensa de sus intereses. Pero dada la facilidad conque siguen entrando armas, de todos los calibres, al país, tal vez valga la pena considerar la posibilidad de que tenga razón.