Un negocio redondo- La muerte del coronel de la DNCD César Augusto Ubrí Boció, emboscado por dos delincuentes que además de arrebatarle su yipeta la arrebataron también la vida, ha puesto al desnudo la magnitud y el modus operandi del gran negocio en el que se ha convertido el tráfico de piezas de vehículos robados, una actividad ilegal que ha ido creciendo y multiplicándose delante de las narices mismas de las autoridades.
¿Cómo no va a dejar ganancias una yipeta comprada por noventa mil pesos para ser revendida por piezas luego de ser desguazada? Es lo que pagó a los ladrones por la del malogrado oficial el propietario de un negocio de venta de repuestos usados, bajo custodia de las autoridades, que se han movilizado con gran diligencia para desmantelar toda una estructura delictiva, demostrando que están en capacidad de acabar con un tráfico ilegal que ha dejado cuantiosas pérdidas a ciudadanos particulares y compañías de seguros, constituyéndose además en una competencia desleal frente a las empresas que operan dentro de los cauces de la ley y pagan religiosamente sus impuestos. ¿Por qué no puede ser así siempre, que se ataque directa y frontalmente un negocio ilegal que para colmo tampoco hace muchos esfuerzos por ocultarse? Es lógico y razonable, tras ver el despliegue de eficiencia policial que ha provocado la muerte lamentable de Ubrí Boció, que el ciudadano se haga esa pregunta y muchas otras mas, pues durante años hemos estado creyendo, ahora sabemos que de manera errónea, que contra la venta de repuestos robados nadie puede, por lo que terminamos resignándonos a su existencia o tolerándola como si se tratara de algo normal. ¿Será así para siempre, o a partir de ahora podemos albergar la esperanza de que algún día las cosas serán diferentes?