Qué se dice

Qué se dice

Ingrata política.-  Definitivamente, al dedo malo todo se le pega. Alejandro Williams, senador por San Pedro de Macorís, no solo acaba de descubrir que no figura en el padrón  electoral del partido que lo llevó al  Congreso Nacional, lo que le imposibilitará cumplir su propósito  de repetir en el cargo, sino que ahora se verá de frente con un sanción disciplinaria del Senado de la República, cuya Comisión de Etica acaba de evacuar un proyecto de resolución que solicita sancionar mediante censura pública al legislador petromacorisano por atentar contra el derecho a la libertad de expresión y el secreto de las fuentes de las periodistas María Isabel Soldevila, Margarita Cordero y Martha Shephard. No conformes con el arrugón público que le dio Alejandrina Germán cuando anunció, para sorpresa general, que el polémico senador no pertenece al PLD, que no está en el padrón y que, por tanto, no puede ser candidato a nada, los peledeístas le dan el tiro de gracia sacando a la luz un asunto que ya se creía olvidado. ¿Verdad que es  ingrata  la política, mister Williams?

Dura lección.-  La momentánea detención en Haití de varios ganaderos dominicanos que cruzaron para aquel lado sin documentos tras unas reses perdidas encierra una dura  lección que ojalá fuéramos capaces de aprovechar, pues da verguenza que un país en las condiciones que exhibe nuestro vecino, casi al borde de la disolución  institucional (mande a sacar a las tropas de las Naciones Unidas y verá lo que ocurre al otro día) pueda hacer cumplir  un requisito tan elemental como exigir documentos a los ciudadanos extranjeros que ingresen a su territorio y en cambio  nosotros, que tanto alardeamos de progreso y desarrollo, no somos capaces de ejercer ese tipo de control a pesar de los amaracos nacionalistas, las tenaces campañas de prensa y las  proclamas patrióticas, tan de moda en estos días,  que hablan de  dominicanizar la frontera para enfrentar la imparable   “haitianización”.

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