Qué se dice

Qué se dice

Concluída la huelga que durante cinco días paralizó los 150 hospitales conque cuenta nuestro sistema de salud pública, el Colegio Médico Dominicano se apresta a celebrar hoy un pleno nacional de dirigentes, en el que evaluará los resultados de su protesta y decidirá si radicaliza, siempre y cuando eso sea posible, sus reclamos en demanda de un aumento salarial del cien por ciento. Se puede anticipar, sin embargo, que al pasar balance a esa huelga sus promotores se encontrarán, inevitablemente, con las manos vacías, a pesar del calvario al que se sometió a quienes asistieron a los hospitales en procura de una atención que nunca recibieron. Los médicos, ante unos resultados tan pobres, están obligados a buscar un método de lucha más eficaz y fructífero en función de los que son sus intereses y expectativas como gremio profesional. Si ese no es motivo suficiente, entonces que lo hagan por respeto a sí mismos y a sus conciudadanos. Ojalá que todavía estén a tiempo.

[b]Amnesia[/b]

Hay que suponer que el licenciado Tony Raful, después de escuchar a los jueces de la JCE restarle importancia al hecho de que los partidos políticos tengan su propio sistema para contar sus votos podrá por fin dormir tranquilo, sin que lo angustie la posibilidad de que el PLD utilice su centro de cómputos para anunciar, por su propia cuenta y al margen de la ley electoral, los resultados de las elecciones del próximo 16 de mayo. Lo que ha llamado la atención, sin embargo, es que un hombre con tanta experiencia como Raful, que ha echado los dientes al fragor de la lucha política, haya olvidado que se trata de una vieja práctica a la que han recurrido, a lo largo de nuestros sobresaltados procesos electorales, nuestras organizaciones políticas, incluído un partido que, como el PRD, ha tenido que pagar un precio tan alto para que podamos vivir en democracia. ¿Qué habrá provocado tan repentina amnesia?

[b]Congratulaciones[/b]

Hay que saludar la presteza conque la Policía Nacional ha enfrentado las denuncias de robos de tarjas, placas conmemorativas, tapas del alcantarillado y hasta el cableado de los semáforos, que se han convertido en una verdadera epidemia citadina. La institución del orden ha informado del apresamiento de por lo menos cuatro personas a las que acusa de sustraer y comercializar esas piezas, pero habrá que pensar en algún tipo de sanción, en caso de que la ley no lo prevea, para las empresas que se dedican a la fundición de metales y que las compran a pesar de estar conscientes de su dudoso origen. Sino se desestimula ese ilegal mercado, bastante lucrativo a juzgar por la frecuencia conque se denuncian esos actos de vandalismo, no se va a resolver adecuadamente el problema. Tan simple como eso.

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