Qué se dice

Qué se dice

Cuando se escriba, porque habrá de escribirse, la historia de este proceso electoral, será preciso dedicar todo un capítulo a la utilización de los recursos públicos en favor de los candidatos oficialistas, lo que ha supuesto, entre otras cosas, la insólita revalorización del motoconcho, una auténtica plaga que solo en este maravilloso país, tan pródigo en singularidades como en delirios, se nos ocurre catalogar como «transporte público». Y como la historia no está completa sin sus protagonistas, sin aquellos que han sabido encarnarla, habrá que citarlos también por sus nombres y apellidos, como el ilustrativo caso del Secretario de Cultura (¿o hablaba su «otro yo», el presidente en funciones del PRD?), el poeta Tony Raful, quien ha proclamado que su partido tiene garantizados los votos de los miles de bien agradecidos motoconchistas favorecidos con un flamante motor del célebre Plan Renove.

[b]Civilización y barbarie[/b]

Convencidos, hasta la saciedad, de que donde quiera se cuecen habas, no deberíamos sentirnos particularmente alarmados al enterarnos de que los soldados norteamericanos y británicos asentados en Irak, autoerigidos en paladines del mundo libre y el respeto a los derechos humanos en cada confín del planeta, se hayan convertido, paradójicamente, en lo que tanto dicen despreciar y condenar. Lo más llamativo del caso, sin embargo, es que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, escandalizado por la barbarie evidenciada por las tropas de ocupación, dispuso que un equipo de esa institución investigue el escándalo provocado por las fotos que muestran a soldados de la coalición sometiendo a vejaciones a prisioneros iraquíes, pero ese grupo de expertos deberá realizar su investigación desde Ginebra -de lejito, como decimos por aquí- pues no está previsto que viajen a la zona en conflicto «por razones de seguridad».¡Qué precavidos!

[b]La reparación[/b]

La Junta Central Electoral publicó ayer, en espacio pagado, la aclaración en la que hace constar que el nombre correcto del candidato del Partido por la Auténtica Democracia (PAD) es Raúl Pérez Peña, conocido aquí y en Pekín como el Bacho, por lo que los votos emitidos a favor del PAD en el recuadro número 23 de la boleta electoral le serán contabilizaddos a su favor, aunque en la boleta figure el nombre de Rafael en lugar de Raúl. El tribunal de elecciones da así cumplimiento a la exigencia hecha por Pérez Peña, quien aspiraba a una reparación pública por el error cometido en su perjuicio, por lo que podrá al fin concentrarse, una vez a salvo el proceso electoral, en ahorrarle al país nuevos motivos de perturbaciones y sobresaltos.

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