Intemperancia.- Pelear con empresarios tal vez no sea tan malo como pelear con curas o con periodistas, pero tampoco es un frente que un gobierno, este o cualquier otro, quisiera tener abierto. Por supuesto, eso lo ignoran, o se comportan como si lo ignoraran, Francisco Méndez, Superintendente de Electricidad, y el ingeniero Radhamés Segura, Vicepresidente Ejecutivo de la CDEEE, quienes parecen haberse puesto de acuerdo para pelear con los empresarios agrupados en el Conep a propósito del Plan de Solución Integral del Sector Eléctrico, que dicho sea de paso acaba de recibir el espaldarazo de cinco de las más importantes asociaciones empresariales del país.
Se entiende que la crisis eléctrica que nos tiene a todos al coger el monte altere también los nervios de los funcionarios del sector, sometidos a fuertes presiones, pero si al estrés que generan esas presiones se suma la arrogancia que muchos peledeístas exhiben como una segunda piel, sobre todo los que están en el poder, entonces las cosas se complican. Sería interesante saber qué explicaciones ofrecerán esos funcionarios al presidente Fernández, quien al llegar de su gira por el exterior ha encontrado un país en pie de guerra a causa de los apagones, para justificar la intemperancia exhibida frente a las propuestas de los empresarios para salir del atolladero eléctrico en el que nos encontramos.
Ensayo navideño.- El secretario de Interior y Policía, el doctor Franklyn Almeyda, aclaró ayer que solo se trata de un ensayo, limitado a la temporada navideña, su plan de desarmar a la población, y que su propósito es comparar los casos de muertes e incidentes con armas de fuego que se produzcan con otros años para la misma época.
¿Para qué esa comparación? Para confirmar lo que ya han dicho las estadísticas: que el 66% de las muertes violentas que ocurren en el país son producto, precisamente, de las armas de fuego. Si ese ensayo navideño no sirve, por lo menos, para abrir la posibilidad de redefinir las políticas públicas sobre el uso de armas de fuego por parte de la población será una absoluta y soberana pérdida de tiempo.