La Barquita en primera plana.- La gente de La Barquita, en la ribera del Ozama, está disfrutando –como suele decirse– de sus quince minutos de fama. Y no es para menos, pues nunca antes, a pesar de que se convierten en noticia de primera plana cada vez que un fenómeno atmosférico golpea la isla con sus torrenciales aguaceros, los había visitado un Presidente de la República, mucho menos para constatar personalmente, de primera mano y sin que nadie le cuente, las deplorables condiciones en que mal viven.
Pero el presidente Danilo Medina no solo fue y vio con sus propios ojos los padecimientos y precariedades de aquella gente, sino que prometió también soluciones que procuren mejorar sus condiciones de existencia, como lo sería la construcción de un muro de contención que impida que las aguas desbordadas lleguen hasta el corazón del barrio, o un programa de rehabilitación de sus maltrechas viviendas, entre otras iniciativas que serían ponderadas y analizadas en un segundo encuentro entre dirigentes comunitarios de La Barquita y el presidente Medina programado para el próximo sábado.
Los periódicos han reseñado con particular énfasis la buena acogida que tuvo la visita del Presidente entre los sorprendidos residentes del empobrecido sector, que no escatimaron elogios a la humildad, sencillez y buena disposición del mandatario, y algunos hasta se mostraron esperanzados de que, por fin, alguien se acordará de ellos y pondrá remedio a las penurias y vicisitudes que padecen desde hace tanto tiempo. Pero eso no es tan fácil como agitar una varita mágica o mudar para La Barquita el Gabinete de Políticas Sociales, pues cualquier acción que no implique el traslado puro y simple de toda esa gente a un lugar donde puedan vivir en mejores condiciones, sin el asedio permanente de las aguas crecidas, será un simple paliativo que solo servirá para darle más largas a una situación que debería llenarnos de vergüenza.