Haitianizados (II).- Parece que a este gobierno es con lo que le coge. El doctor Franklyn Almeyda Rancier, secretario de Interior y Policía, acaba de anunciar el envío a la frontera de 200 policías recién graduados de la academia de Hatillo, en San Cristóbal, a realizar labores de vigilancia. ¿A vigilar a los haitianos amigos de lo ajeno, un verdadero azote en la zona? ¿A proteger los asentamientos militares que se instalarán en las zonas más haitianizadas con el propósito de dominicanizarlas, el infame verbo que inventó Trujillo el tirano?
¿O irán a realizar el trabajo de contención de la penetración haitiana que no han podido hacer los guardias, a pesar de que para eso se les paga, o a suplir las deficiencias de las autoridades de Migración, a las que también se les paga para realizar una trea que no desempeñan adecuadamente? ¿O acaso será para sumarse al macuteo colectivo en el que participa todo aquel con pocos escrúpulos y la autoridad suficiente para intimidar y extorsionar a los haitianos que por necesidades de supervivencia tienen que cruzar para este lado?
Como el doctor Almeyda no fue muy explícito que digamos respecto a la misión de esos policías, que serían enviados a las zonas donde nacieron y crecieron para hacerles –me imagino– más llevadera la estancia, podría pasarme un buen rato haciendo preguntas que difícilmente encuentren respuestas, probablemente porque resulta muy cuesta arriba explicar este repentino interés del gobierno por la preterida y olvidada frontera y, más que nada, por una hatianización que lleva ya más de un siglo fraguándose al amparo de la desidia de ambos Estados. ¿O será que ahora, gracias al Listín, es que algunos funcionarios se han enterado?