Talón de Aquiles.- Como todo en la vida, con los cables de WikiLeaks hay para coger y dejar, y así ha sucedido. Mientras unos se regodean con la revelación que colocó en una situación tan incómoda al presidente de la Suprema Corte, Jorge Subero Isa, por sus comentarios –supuestos o reales– sobre su colega y compañero Rafael Luciano Pichardo, otros se solazan al confirmar los nombres de los militares de alto rango que perdieron su visa norteamericana a causa de sus corruptelas o por sus vínculos con el narcotráfico.
Quien les escribe prefiere el reporte del embajador Hans Hertell en el que este señala que el talón de Aquiles del doctor Subero es su poca disposición para combatir la corrupción en los mas altos niveles del gobierno, y de la misma pata parece cojear el presidente Leonel Fernández, quien según el diplomático admitió la corrupción institucionalizada en nuestros cuerpos armados, pero al mismo tiempo se mostró reacio a enfrentarla porque podría poner en riesgo hasta su posición como jefe de Estado. ¿Por qué me interesan esos aspectos de los cables de wikileaks? Porque tal vez expliquen las razones por las cuales no ha fraguado ningún esfuerzo serio para enfrentar la corrupción que empobrece a nuestra gente y degrada nuestras instituciones.
No pasó nada.- Después de leer las declaraciones de los principales responsables, según la Cámara de Cuentas, de las irregularidades detectadas por la auditoría realizada en el Seguro Médico para Maestros (Semma), tengo que concluir en que allí no pasó nada, y que el estado de calamidad financiera en el que se encuentra, que ha dejado en el desamparo a miles de maestros, es producto de la mala suerte o la casualidad. Lo peor del caso es que las autoridades responsables de movilizar la acción de la justicia ante los hallazgos de un organismo fiscalizador del Estado que goza de fe pública, también lo creen así.