En campaña.- ¿Se dieron cuenta de que estamos en campaña, y no precisamente porque hay almas que salvar? Hipólito Mejía, Danilo Medina, Miguel Vargas, José Tomás Pérez, Luis Abinader, Franklyn Almeyda, Carlos Morales Troncoso, Eligio Jáquez y algún otro que también se cree presidenciable y que se me traspapela en la memoria están tirados a la calle del medio, como se dice en la jerga política criolla, a la conquista de la candidatura presidencial de los partidos políticos a los que pertenecen, llenando los periódicos y noticieros de televisión con sus declaraciones, propuestas programáticas, actividades proselitistas, reuniones y encuentros con los distintos sectores de la vida nacional, y por supuesto de críticas a todo lo que hace o deja de hacer el gobierno de parte de los que se encuentran en la oposición.
No hace falta decir que ese extemporáneo, por precipitado, activismo político, presagia una intensa y extensa campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales a celebrarse en el 2012, y hay que imaginarse lo que ocurrirá el año próximo cuando los principales partidos políticos se aboquen, en sus procesos internos, a escoger a sus candidatos. Es lo que algunos entusiastas llaman la Gran Fiesta de la Democracia, que en nuestro caso suele ser una fiesta bullanguera y ruidosa, a ritmo de bachata, merengue y reguetón, y sobre todo muy cara. Demasiado cara, en verdad, para tan pobres resultados. ¿Y saben qué es lo peor? Que al final, cuando se acaban la música, los discursos y los caravaneos, y la embriaguez de promesas falsas y romo malo se convierte en insufrible resaca, descubrimos casi con dolor que los políticos nos volvieron a coger de pendejos, y que para colmo pagamos la parranda, en la que tan bien les fue a todos, con dinero de nuestros propios bolsillos. ¿Cuándo aprenderemos la lección?