Beneficencia– Los empleados de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), al salto de la pulga –como se dice popularmente– desde que Celso Marranzini llegó a la institución montado en un rodillo, pueden ya dormir tranquilos, pues las cancelaciones del personal que se entiende supernumerario, que llegaron como sonoras quejas hasta el seno del PLD motivando, incluso, que algunos de sus líderes se pronunciaran pidiendo que se detengan de inmediato, están prácticamente concluidas según declaraciones del propio Marranzini. Ahora el vicepresidente de la CDEEE dice estar concentrado en una meta mucho más alta: reducir el déficit financiero de la entidad, calculado en US$60 millones al mes, pero en lo que el hacha va y viene se ha librado del pesado lastre que representaba el centro de beneficencia instalado por el ingeniero Radhamés Segura en la empresa eléctrica estatal.
Desde las gradas.- No discuto que en el PRD haya notables independientes, ajenos –o por lo menos distantes– al estado de cosas imperante en el nuevo PRD, pero dudo mucho que esos excepcionales perredeístas tengan suficiente presencia de ánimo para embarcarse en la tarea de abrir espacio a los reclamos de Guido Gómez Mazara y Tony Peña Guaba revisando todas y cada una de las 3,348 actas de las votaciones de la XVII Convención Nacional, con el propósito de poner en evidencia el fraude colosal del que ambos alegan haber sido víctimas. Lo que se ve desde las gradas es que la actual dirigencia del PRD, con Miguel Vargas Maldonado a la cabeza, está decidida a echar tierra sobre ese asunto dando por un hecho cumplido la elección de Geanilda Vásquez y Orlando Jorge Mera, aunque al hacerlo dejen el escenario preparado para nuevas fisuras y confrontaciones durante el proceso de selección de los candidados a las elecciones de medio término del 2010.