Qué  se dice

Qué  se dice

Libres de terrorismo -. Demos gracias a Dios y a la virgencita de La Altagracia porque aquí no tenemos terroristas (a excepción, desde luego, de los delivery y los choferes de voladoras) al estilo Al Qaeda, pues lo cierto es que no tendríamos cómo defendernos de sus alevosos y mortíferos ataques.

 ¿Acaso hemos podido evitar, no obstante las reiteradas denuncias (incluida la del embajador Izaguirre), los asaltos  a los viajeros que llegan al país por el aeropuerto internacional de Las Américas? ¿O que  los ladrones de metales, una plaga para la que no parece haber remedio, afecten estructuras tan importantes y estratégicas como el puente Juan Pablo Duarte? ¿O que las “clandestinas” fábricas de salami les pongan lo que les dé la gana, mierda incluída, a sus poco nutritivos productos? Confieso que me dieron  ganas de reír cuando leí que el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, dio garantías de que los organismos de seguridad del Estado se mantendrán  vigilantes para evitar que la embajada de Estados Unidos en el país sea atacada por terroristas.

La advertencia del Tesorero– Del dicho al hecho puede haber un gran trecho, sobre todo cuando se habla de sancionar a los  funcionarios que no han presentado su declaración jurada de bienes, y tal vez por eso mucha gente no se tome en serio la advertencia que acaba de hacer  el Tesorero Nacional, Alberto Perdomo Piña. La exigencia de la declaración jurada de bienes ha sido, hasta ahora,  un esfuerzo inútil y frustratorio que nunca ha cumplido su propósito de evitar el enriquecimiento ilícito (y a menudo indecente) de los funcionarios, pero como todavía sigue en pie la promesa de este gobierno de hacer lo que nunca se ha hecho hay que darle al Tesorero la oportunidad de  hacer valer su advertencia de que congelará los salarios de los funcionarios que se  niegan a cumplir ese requisito legal.

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