Callejón sin salida- Sin querer queriendo el gobierno se ha metido en un callejón sin salida al insistir, descartando cualquier otra posibilidad, en la hipótesis del sabotaje y las manos criminales para explicar las recurrentes intoxicaciones provocadas por el desayuno escolar, pues por mas aguaje propagandístico que haga alrededor de esas pesquisas tarde o temprano estas tendrán que concluir con un informe en el que se señale, con sus nombres y apellidos, a los responsables, acompañado de las pruebas que permitan que estos sean sometidos a la justicia sin importar si son ganaderos, empresarios o políticos, que suelen estar metidos en todos los chanchullos cometidos y por cometer. Si no es así, si no aparecen esos saboteadores, las autoridades quedarán con la cara más larga que un día de hambre además de que habrán hecho el ridículo ante el país.
La peor cuña.- Mientras el gobierno trata de encontrar al saboteador del desayuno escolar, pongamos atención a las declaraciones de doña Alejandrina Germán, no solo porque fue secretaria de Educación durante cuatro años sino porque –como ella misma asegura– durante su gestión nunca se produjeron intoxicaciones. Explica doña Alejandrina que al llegar Melanio Paredes a Educación canceló a decenas de técnicos y profesionales que fueron capacitados para gerenciar, supervisar y monitorear ese programa, personal que incluía a químicos e ingenieros y en cuya formación y entrenamiento se invirtió una gran cantidad de recursos. Y aunque descartó que esas cancelaciones sean la causa de las recientes intoxicaciones, como para que no se diga que aprovecha la ocasión para hacer leña del árbol caído, resulta evidente que no contribuyeron, precisamente, a su fortalecimiento ni a mejorar los mecanismos para su supervisión y monitoreo. Definitivamente, no hay peor cuña que la del mismo palo.