Qué se dice

Qué se dice

Hacía tiempo que al presidente Mejía no se le ocurría una idea tan buena. Por eso hay que respaldar, en todo lo que sea necesario, su propuesta de que se investigue el historial de pago de impuestos de todos los candidatos presidenciales durante las dos últimas décadas. El mandatario, que participó como invitado en el encuentro que auspicia la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) para permitir que los candidatos expongan sus planes para combatir la corrupción, consideró inaceptable que alguien que aspire a dirigir el país haya sido evasor de impuestos, o que no pueda justificar de manera satisfactoria su fortuna personal. Como por ahí dicen, con toda razón, que la ley debe entrar primero por casa, esperemos entonces que sea el Presidente, «el primero entre sus iguales», quien le de al país ese ejemplo de transparencia y responsabilidad que tanto está necesitando.

[b]Pesadilla que regresa[/b]

Siempre se ha dicho que la alegría, en casa de pobre, suele durar muy poco. ¿Qué otra cosa puede decirse ante el regreso de los mortificantes apagones? El Superintendente de Electricidad, George Reynoso, ha explicado que las prolongadas suspensiones en el servicio obedecen a la salida, por razones de mantenimiento, de la generadora Smith and Enron, aunque prometió que muy pronto llegará un desembolso del BID, de 25 millones de dólares, que hará que regrese la tranquilidad al sensible sector eléctrico. La pesadilla, entonces, parece que no va a durar demasiado, sobre todo si tomamos en cuenta lo mal que caen los apagones en tiempo de zafra electoral.

[b]Recaudando fondos[/b]

Hay que decirlo sin dar muchas vueltas. Mientras el gobierno se da el lujo de ofrecerle el financiamiento de una motocicleta «a todo el que quiera», en un descabellado (con el perdón de Fabio Ruiz) proyecto clientelista que tendrá, necesariamente, un costo multimillonario, los estudiantes del liceo escuela Víctor Garrido, en el Invi, están rifando -«en combinación con los 4 terminales de los tres primeros premios de la Lotería Nacional»- una computadora, un televisor y una lavadora, por la módica suma de 50 pesos el boleto. Los recursos que se obtengan gracias a esa actividad «extra académica» serán destinados, según les han explicado sus profesores, a pintar el plantel, reparar algunas ventanas y comprar tizas, borradores y material de limpieza, pues la escuela carece de recursos para atender hasta sus necesidades más elementales.

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