Preocupación.- Los hoteleros están muy preocupados por las repercusiones que podría tener sobre el turismo el brote de cólera que ya se ha cobrado mas de 250 vidas en Haití, pues de no manejarse en forma adecuada –sostienen– podría llevarse de encuentro la temporada alta que empieza en noviembre próximo. Sin embargo, el Ministro Francisco Javier García se toma las cosas con menos dramatismo, y hasta se muestra confiado en que la epidemia no afectará a nuestra más importante industria debido a que Haití está muy lejos de nuestros principales polos turísticos. Un servidor ignora cuál es la distancia mínima que nos mantendrá a salvo del cólera que mata a nuestros vecinos, pero sí sabe que nuestra porosa frontera no será lo que impida que el virus cruce para este lado con tanto haitiano pasando de allá para acá como Pedro por su casa, lo que explica que la Organización Panamericana de la Salud insista tanto en que nos preparemos tomando medidas preventivas. Hay que confiar, empero, en que las autoridades harán lo que corresponde para evitar daños al turismo y, sobre todo, muertes innecesarias, sin caer en ese optimismo tan fuera de lugar con el que algunos funcionarios quieren convencernos de que los problemas no existen o no son tan graves como indican todas las evidencias.
Lo que no mata….- Sugiere el Ministro de Salud Pública que la población se abstenga de consumir jugos, alimentos o cualquier otro producto que se venda de manera ambulante en las calles, como una forma de prevenir cualquier posible contagio de cólera. Tal vez pasa por alto el doctor Bautista Rojas lo difícil que resulta cumplir su recomendación en un país donde en cada esquina hay un puesto informal de venta de alimentos y bebidas caseras que opera sin ningún control ni supervisión de autoridad alguna, y sobre todo una población mal educada y peor informada convencida de que lo que no mata engorda.