Qué se dice

Qué se dice

Mas corto o mas largo.-  ¿Cómo creer en un secuestro en el que el secuestrado, luego de  supuestamente escapar de un cautiverio de mas de veinte días en el que permaneció  –según su propio testimonio– esposado y encapuchado alimentándose tan solo de galleticas, salami, queso y leche, entre otras menudencias, tiene fuerzas  para encaramarse en una yipeta para salir  a caravanear como si fuera un candidato a diputado en plena campaña electoral o miembro de un equipo de beisbol que acaba de ganar el campeonato?  “Eso es mas corto o mas largo” solían decir los viejos de antes cuando dudaban de alguna situación  regularmente  mal contada o contada solo a medias, y eso es precisamente lo que está ocurriendo alrededor del sorpresivo, pero también inverosímil desenlace del secuestro del joven Eduardo Baldera en Nagua y por cuyo rescate sus secuestradores exigían 5 millones  de dólares.

El jefe de la Policía Nacional  reclama para sí y la institución que dirige, gracias  “al fino trabajo de inteligencia” desplegado por la unidad Anti Secuestros de la institución, el mérito de haber rescatado sano y salvo a Baldera no obstante el joven afirmar que aprovechó un descuido de sus captores para escapar arrojándose por un barranco, y conocido  el empeño puesto por el mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín en el caso no hay porqué regatearle ese mérito, siempre y cuando no olvide que aún siguen pendientes de esclarecer algunos excesos cometidos durante las investigaciones y la persecución de  los supuestos cabecillas del plagio. Sin embargo,  una cosa sí debería  quedar bien clara, independientemente de lo contentos que estamos todos de que ese muchacho haya regresado vivo y coleando junto a su angustiada familia, pues no tiene caso autoengañarse: nadie, general, se ha creído el desenlace  del cuento.

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