Decir que este es el país de las maravillas no solo es una redundancia sino también una necedad, pero eso no quiere decir que hayamos perdido la capacidad de maravillarnos con nuestra especial manera de ser. La Sala Capitular del ayuntamiento del Distrito Nacional acaba de aprobar la apertura provisional de una envasadora de gas en Villas Agrícolas, la misma que hace unos meses hizo explosión con un saldo de siete personas heridas y severos daños a establecimientos de su entorno. Ahora ocurre, según el regidor perredeísta que propuso su reapertura, que son los propios vecinos de Villas Agrícolas, los mismos que pidieron que fuera cerrada por temor a una gran tragedia, quienes ahora solicitan que sea puesta de nuevo en servicio. Pero también sucede que la comisión técnica que inició una evaluación, a raíz de ese accidente, para determinar si la planta cumple con los requisitos de seguridad que exige la ley aún no ha rendido su informe, lo que tampoco fue obstáculo para que los complacientes regidores autorizaran, de todas maneras, su reapertura.

[b]Una hipótesis[/b]

Hay quienes sostienen la hipótesis, sujeta a comprobación desde luego, que una vez el presidente Mejía tenga en sus manos la ansiada candidatura, tras su previsible victoria en la convención del domingo y el reconocimiento, también previsible, de su legalidad por parte de la JCE, la aprobación de la zarandeada ley de Lemas resultará irrelevante a los fines e intereses del mandatario y los traviesos chicos del PPH. La introducción al Congreso del proyecto de ley que establecería el voto preferencial presidencial no sería mas que un globo de ensayo destinado, fundamentalmente, a distraer la atención de la opinión pública, que ha mordido el anzuelo mostrando un rechazo casi unánime a tan perturbadora iniciativa. La maniobra tiene la virtud, según esta gente, de que garantiza al mandatario una candidatura lograda a muy bajo costo, pues no ha sido necesario hacer grandes concesiones a un contendor con tan poca pegada como el doctor Thomén. Con la ventaja, además, de que coloca completamente a la defensiva al grupo de Los Tres, que verá así reducida, de manera dramática, su capacidad de negociación frente a su principal rival en la inacabable garata perredeísta.

[b]Coincidencias[/b]

A propósito de los esfuerzos que encamina la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos para erradicar la vulgaridad que campea por sus fueros en nuestros medios audiovisuales y radiofónicos, que amenaza convertirse en otro tirijala nacional, tal vez valga la pena, así sea como referencia, echar una mirada a lo que acontece en otras latitudes. El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos, Michael Powell, pidió ayer al Congreso norteamericano que aumente las multas a emisoras de radio y canales de televisión que transmitan material «indecente» en las horas de mayor audiencia. Las multas que se aplican en la actualidad «son migajas», según Powel, pero podrían ser de centenares de miles de dólares si se aprueba un proyecto que presentará la próxima semana en la Cámara de Representantes un legislador republicano. Cualquier parecido con nuestra realidad, con la forma en que manejamos aquí esas cosas, es pura coincidencia.