Conceptualizador y revolucionario.- Es evidente que la palabra revolución se encuentra entre las favoritas del Presidente Conceptualizador. Revolución democrática, revolución educativa, revolución institucional, revolución legislativa, revolución tecnológica, revolución del conocimiento… aparecen con frecuencia en sus discursos e improvisadas peroratas, ingredientes indispensables de un discurso que ya solo entusiasma a su cautivo público de corifeos, conmilitones y seguidores que si bien no saben conceptualizar al igual que el resto de sus mortales conciudadanos sí saben lo que les conviene, por lo que aplauden y celebran gustosos las escaramuzas conceptuales de su líder. Claro, en estos tiempos de absoluto relativismo y pragmatismo feroz la palabra revolución no encanta ni seduce como en las décadas de los 60 y 70, cuando tantos andábamos con un proyecto de revolución en el bolsillo, pero aún así el Presidente Conceptualizador la utiliza cada vez que se le presenta la ocasión, pues al fin y al cabo esas revoluciones solo existen en sus discursos y en sus palabras, y ya se sabe que las palabras siempre se las lleva el viento.
¿Eliminar la LMD?- No es el primero ni tampoco será el último el debate en torno a la eliminación, por infuncional e inoperante, de la Liga Municipal Dominicana, tal y como propusiera esta semana Roberto Salcedo, síndico del Distrito Nacional, razón por la cual no hay porqué hacerse muchas ilusiones con esa propuesta, y resignarse a ver al frente de la institución asesora de los ayuntamientos al dirigente reformista Amable Aristy Castro, un familiar suyo de confianza o algún dirigente del PRSC, pues su dirigencia la considera un derecho adquirido. Y la razón es tan sencilla como desconsoladora: nuestra clase política ha convertido a la Liga Municipal Dominicana en parte del botín que pone a su disposición el Estado dominicano para su enriquecimiento y el de sus afortunados descendientes.