Qué se dice

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Ruidos peligrosos.-  No creo que todo el  ruido  mediático provocado por  el tirijala alrededor de   los contratos de adhesión convenga mucho a los bancos, ni que contribuya a fortalecer la imagen y la confianza que deben inspirar esas entidades y los servicios que ofrecen  a la ciudadanía, que no puede haber olvidado tan pronto la crisis bancaria del 2004, por qué se produjo, quiénes fueron los principales responsables y lo que les ocurrió. 

¿Por qué no puede Proconsumidor, tal y como manda la ley 358-05 de Protección a los Derechos del Consumidor,  echarle un vistazo para determinar si contienen cláusulas abusivas o engañosas en perjuicio de sus clientes? ¿Qué es lo que se pretende  esconder, porqué se rehúye la fiscalización de Proconsumidor? Todas esas preguntas rondan las cabezas de la gente cada vez que ve en los periódicos un nuevo capítulo de este sonado escarceo,  que ya provocó que el Senado de la República votara una resolución dando su espaldarazo a Altagracia Paulino y Proconsumidor en su reclamo a las entidades financieras, a la vez que exige a la Superintendencia de Bancos prestarle su colaboración y permitir que esta ejerza sin obstáculos  su función  de fiscalización, “necesaria para garantizar una relación contractual equilibrada entre las entidades financieras y los clientes”. 

Altagracia Paulino ha prometido que seguirá  adelante en su propósito de hacer cumplir la ley que ordena a los bancos a remitir copias de esos contratos a Proconsumidor,  lo que quiere decir que los ruidos mediáticos no cesarán por ahora y que podrían, incluso, intensificarse con el paso de los días.  ¿Seguirán adelante los bancos con un pleito tan nocivo  para su imagen? ¿No se han dado cuenta de que son los malos de esta pésima película? ¿Tan mal asesorados están?

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