Qué se dice

Qué se dice

Parece que este país, por el camino que va, terminará completamente cualquierizado. Sucedió en las Fuerzas Armadas, donde ya se anuncia públicamente, y sin ningún rubor, el nombramiento de civiles que nunca pasaron por un academia militar como oficiales superiores, lo que se ha hecho extensivo a los cuerpos de bomberos, donde el presidente Mejía acaba de nombrar a doce generales, que ahora tendrán -casi todos- mayor rango que sus respectivos jefes. Y como ya da lo mismo, por culpa de las chapucerías de nuestros legisladores, que el pico Duarte lleve el nombre del Patricio o el del dictador más feroz y sanguinario que recuerde nuestra historia, no hay porqué alarmarse con la noticia de que muy pronto tendremos en Samaná otro cargamento del inofensivo rockash, lo que convertirá esa privilegiada zona del país en el más hermoso vertedero que ojos humanos hayan visto.

[b]Paciencia[/b]

A propósito de cualquierizaciones y demás hierbas aromáticas quizá sea oportuno recordar -por si alguien lo había olvidado- que el diputado Radhamés Ramos García cumplirá muy pronto, gracias a la complicidad de sus colegas perredeístas, dos años de tranquila impunidad parlamentaria, completamente fuera del alcance de la Justicia que debería perseguirle por su intento de introducir ilegalmente al país, a través de la frontera con Haití, a un grupo de ciudadanos orientales. Pero como no hay mal que dure para siempre, ni siquiera un diputado, solo habrá que esperar otros dos años para tener la oportunidad de verlo sentado en el banquillo de los acusados respondiendo, como cualquier ciudadano, por el delito del que se le acusa.

[b]El testigo[/b]

Monseñor Agripino Núñez Collado insiste en que la noche del pasado 16 de mayo se intentó desconocer los resultados de las elecciones, y que fue su providencial intervención ante las cámaras de televisión, escoltado por los representantes diplomáticos de la principales embajadas acreditas en el país, lo que impidió la materialización de esas aviesas maniobras. La versión del coordinador de la Comisión de Seguimiento, sin embargo, ha sido sistemáticamente negada por algunos sectores, incluídos medios de comunicación, que piensan que el prelado armó todo ese alboroto haciéndose eco de falsos rumores. Habrá que esperar entonces que pase el tiempo, que siempre se encarga de poner cada cosa en su lugar, para saber lo que pasó realmente esa noche, o que monseñor se anime a escribir un nuevo libro en el que ofrezca sus testimonios, siempre de primera mano, sobre los pormenores de otra de nuestras tantas crisis electorales.

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