Qué  se dice

Qué  se dice

Un hombre de suerte.- Resulta inevitable, casi una reacción natural, pensar en el vía crucis por el que atraviesan cientos de obreros cañeros que reclaman una pensión del Estado tras haber trabajado durante décadas en los distintos ingenios del  Consejo Estatal del Azúcar (CEA), pues no recuerdo que ningún funcionario de importancia se ocupara del asunto aunque solo fuera para soltar un par de frases demagógicas en favor de esos infelices o tratar de embobarlos  con la promesa de que pronto será atendido su reclamo.

 Por eso hay que considerar al actual Contralor General de la República, Ivanhoe NG Cortiñas, un hombre de mucha suerte, pues de inmediato encontró un padrino –Rafael Camilo, quien le sustituyó en la Superintendencia de Bancos– que justificó, por estar amparada en la ley y el reglamento interno de la institución, los RD$650 mil conque  se pensionó el pasado 17 de agosto. ¿Quién merece más una pensión del Estado; los obreros cañeros que dejaron lo mejor de sus vidas en los campos de caña o tan distinguido funcionario? ¿Quién necesita más la protección del Estado; los miles de ciudadanos  (hace un par de años eran 18 mil) que están a la espera de que les aprueben una pensión que no pasará de los cinco mil pesos luego de  cotizar durante años en el IDSS o el señor Contralor de la República?

Es fácil entender la indignación que ha provocado la noticia de la indecente pensión de NG Cortiñas, pues constituye un insulto y una burla a la pobreza de este país, pero también la más contundente demostración (otra más, pues esa pensión no es la única ni la más escandalosa) de que el Estado dominicano ha sido tomado por asalto por una clase política voraz e inescrupulosa que lo ha puesto al servicio de su desmedido afán de riquezas y privilegios.

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