Qué  se dice

Qué  se dice

No es suficiente.- Cuando uno se entera, gracias a un amplio y detallado  reportaje publicado ayer por El Día, de la forma en que Haivanjoe NG Cortiñas utilizó  su autoridad en la Superintendencia de Bancos  para modificar, como un traje a su medida, el Reglamento del Plan Complementario de Pensiones y  Jubilaciones  que le permitió agenciarse una pensión de 651 mil pesos, tiene que coincidir con los senadores  que le piden al presidente Danilo Medina que ordene revisar la forma en que se concedió esa pensión y las  de otros 40 funcionarios de esa dependencia, pero también con los que exigen la  inmediata destitución del funcionario.

 “No he hecho nada pecaminoso de lo que pueda arrepentirme”, repitió varias veces NG Cortiñas durante una entrevista que concedió a los productores del espacio radial Voces Propias, donde también fue reiterativo al afirmar que no es su culpa ser beneficiado con una salario privilegiado. Sin embargo, su participación  en ese espacio, ampliamente comentada en las redes sociales, solo sirvió para hundirlo aun más en el descrédito  público, que  lógicamente también salpica al gobierno. Ayer al mediodía, y de manera sorpresiva, NG Cortiñas convocó a los medios de comunicación y anunció, en un breve comunicado que leyó personalmente, que renunciaba a la pensión que apenas 24 horas antes había defendido  con tanto ardor y convicción. Pero tal y como están las cosas ese gesto, producto de las presiones de  la opinión  pública y con toda seguridad también  de su propio gobierno, resulta a todas luces insuficiente, pues lo que ha puesto  en evidencia el reportaje citado han sido  las acciones de un funcionario  que abusa de su poder y autoridad para beneficiarse  económicamente,  lo que por vía de consecuencia  lo hace poco confiable para manejar recursos públicos. ¿Es ese el perfil que debe tener el Contralor General  de un gobierno que se quiere vender como ético, austero y transparente?

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