Falta de fogueo.- Una de las principales tareas que tienen por delante estrategas y asesores del licenciado Danilo Medina, en el caso hipotético de que la Primera Dama, la doctora Margarita Cedeño de Fernández, sea su acompañante en la candidatura a la Vicepresidencia, será construirle un discurso propio, cónsono en sus líneas generales con las propuestas del candidato presidencial, pero que parezca suyo, que exprese lo que ella es y representa.
Su buena imagen, aceptación y popularidad están fuera de discusión, pero da la impresión de que necesita un arsenal discursivo más amplio, rico y variado y, sobre todo, que no suene como un eco o repetición de las ideas de su marido, el presidente Leonel Fernández, como ya ocurrió cuando se expresó contraria a la lucha por el 4% del PIB para la educación, declaraciones que, por cierto, fueron muy criticadas en las redes sociales, o como cuando atribuyó a la especulación, hace unos días, la crisis mundial en los precios de los alimentos, echando mano a la conocida tesis del mandatario.
La Primera Dama no solo deberá poner en orden su casa para evitar ser blanco de críticas por el manejo poco transparente de los recursos públicos de su despacho, de las que no se librará si finalmente se lanza a la candelá electoral, sino que deberá prepararse también para dar la respuesta más adecuada en el momento conveniente, una habilidad consustancial a todo buen político (salvo los atípicos) que se aprende y perfecciona con la práctica y el oficio. No dudo que la doctora Cedeño de Fernández tenga la capacidad y la inteligencia necesarias para aprender en unos cuantos días lo que a otros les ha tomado años, pero esa falta de fogueo y experiencia para sortear las emboscadas de los periodistas o las preguntas capciosas pudiera convertirse en su mas grande debilidad, al extremo de que, al igual que cierto candidato presidencial que anda por ahí, haya que cruzar los dedos cada vez que se ponga delante de un micrófono.