QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

El Padrino.- Las diligencias para reunificar al menguado  PRSC parecen marchar viento en popa, y si le hacemos caso a uno de sus principales promotores,    Amable Aristy Castro, bien podría ser que diciembre, “tiempo de unidad y reencuentro”, ofrezca la oportunidad para  la materialización de la ansiada unidad de la desunida familia colorá.

Una reunión a celebrarse el próximo jueves entre la cúpula reformista y  los principales disidentes, en la que se examinarían fórmulas concretas de entendimiento para hacer posible la reintegración del reformismo disperso, podría ser el preludio de ese gran reencuentro, sin duda positivo para la democracia dominicana y nuestro sistema de partidos.

Por eso es comprensible que Ramón Rogelio Genao, el activo diputado por Jarabacoa, no pueda ocultar su entusiasmo por el “indetenible”  reencuentro  de los herederos del doctor Joaquín Balaguer, como tampoco ha tenido empacho en proclamar al presidente Leonel Fernández como el  padrino de esa reunificación. ¡Enhorabuena! (¿La fiesta será en Palacio o en la Tiradentes?)

Muertes anunciadas.-  Lo que acaba de ocurrir con la renovación del marbete de la placa, que no renovaron a tiempo miles de propietarios de vehículos no obstante los tres meses de plazo que se dieron y la machacona y costosa campaña publicitaria exhortando a los contribuyentes a cumplir su deber, es un buen indicio de las dificultades que confrontará la JCE para la “captura” de los datos biométricos que deben aportar los ciudadanos, con carácter obligatorio, para  la nueva cédula de identidad y electoral que el organismo empezará a expedir a partir del mes de febrero.

Según ha explicado el doctor Roberto Rosario, presidente de la Cámara Administrativa, se habilitarán 278 centros en todo el país donde los ciudadanos podrán ofrecer sus datos para el nuevo documento, sin el cual no podrán realizar ningún tipo de transacción bancaria o legal, tal y como sucede con los muertos civiles. Se puede apostar peso a morisqueta a que al final de ese proceso se habrán multiplicado por diez los muertos civiles que pueblan nuestra  geografía.

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