Qué se dice

Qué se dice

Cambio de percepción.- Honrando nuestra inveterada  costumbre de  poner el candado después de  perpetrado el robo, tuvo que producirse la muerte del empresario Juan Barceló, asesinado a balazos por dos encapuchados que penetraron a robar a su residencia en Juan Dolio, para que el gobierno se animara  a tomar una serie de medidas, de carácter inmediato, contra la delincuencia, como lo es destinar  14,000 policías al reforzamiento de  las  labores de patrullaje, ubicar a los que prestan “servicio”  en oficinas y residencias de funcionarios para enviarlos a las calles, y reclutar otros dos mil nuevos agentes. Hay que saludar, de todas maneras, que el gobierno  haya decidido  dejar de considerar la delincuencia como un problema de “percepción” manejable con truculencias estadísticas,  aunque con el anuncio del regreso a las calles  de los policías que sirven de custodias a funcionarios, empresarios, periodistas  y otras “personalidades”, tantas veces prometido y tanta veces incumplido, habrá –parafraseando a  Santo Tomás– que esperar a ver  para poder creer.

A la zaga de los problemas.- En cuanto al  reclutamiento  de dos mil  agentes ordenado por el presidente Fernández  los funcionarios presentes en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad  Ciudadana conocen, o deberían conocer, las dificultades por las que atraviesa la Policía para reclutar nuevos miembros a causa de lo poco atractivo que resulta el salario que se ofrece para un joven de estos tiempos, aún provenga de nuestro empobrecido sur. Hace años que se promete  que se aumentará hasta niveles dignos el salario que se paga a nuestros policías, y ahora que necesitamos  con urgencia más agentes, y mejor preparados,  para protegernos de una delincuencia que no da tregua  nos está pesando no haber cumplido esa  promesa. ¿Cuándo aprenderemos a  no andar detrás de los problemas en lugar de anticiparlos  y actuar en consecuencia?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas