Sin excusas.- Es probable que todo el tiempo que hemos estado esperando –siete largos años– por el reglamento que permitirá  la aplicación rigurosa de la ley migratoria, nos haya inducido a creer que es la panacea al problema de la migracion ilegal haitiana y sus  secuelas. Y no es para menos, pues ese reglamento contempla, entre otras novedades, que el  extranjero que venga al país en calidad de trabajador asalariado deberá llegar con su contrato de trabajo bajo el brazo y una póliza de seguro a cuenta de su empleador, que será el responsable de regresarlo  a su  país de origen.

Claro está, el  que no cumpla con esas disposiciones  será sometido a la justicia. ¿No es una maravilla? Desde luego, un acontecimento de tanta trascendencia debe ser recibido como se merece, y así fue. El presidente Leonel Fernández encabezó el solemne acto, celebrado en la  sede principal de la Dirección General de Migración, con el que se dio inicio formal a su entrada en vigencia, en el que se hizo acompañar de su director, José Ricardo Taveras, del Ministro de la Presidencia, César Pina Toribio, el ministro de Interior y Policía José Ramón Fadul, y el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, el doctor Abel Rodríguez  del Orbe. Y, como siempre, las grandes palabras también estuvieron presentes:

“Con la firma del Reglamento –se escuchó decir  al presidente Fernández— ahora ya disponemos de todo el marco legal y regulatorio de lo que es la entrada, salida y permanencia en todo el territorio de la República Dominicana; por supuesto, toda política migratoria es la expresión de soberanía de un Estado”. Usted y yo sabemos, conocidas de sobra nuestras dificultades para cumplir y hacer cumplir las leyes sean estas nuevas o viejas, que las cosas no resultarán tan fáciles  como las pinta el mandatario, pero una cosa sí es segura:  se acabaron las excusas de nuestras autoridades para no enfrentar como es debido la grave amenaza que representa para la nación  la incontrolada migración haitiana.