La tercera fuerza.- Hasta un imberbe de la política sabe que cualquier esfuerzo por desplazar del poder a los partidos tradicionales por parte de los ahora llamados emergentes tiene que pasar, necesariamente, por la unidad, por la estructuración de un proyecto común alrededor de un candidato único, bien se llame Guillermo Moreno, Julián Serulle, Eduardo Estrella o Max Puig.
Mas de veinte organizaciones políticas y sociales, agrupadas en la Coalición de Movimientos Independientes, acaba de emplazar a los candidatos presidenciales alternativos a ponerse de acuerdo en torno a una candidatura única de cara a los comicios del año próximo, cuyo método de escogencia podría determinarse mediante el diálogo y los acuerdos, una encuesta que establezca cual es el candidato que goza de mayor aceptación popular o cualquier otro método que se escoja a través del consenso.
Por supuesto, todo eso es mas fácil proponerlo que llevarlo a la práctica, pues de siempre la principal debilidad de los partidos alternativos o emergentes ha sido su dispersión, su incapacidad para aglutinarse alrededor de un proyecto y un liderazgo comunes que les permita crecer y constituirse en una tercera fuerza capaz de dar la batalla electoral al PLD y el PRD, y lo cierto es que hasta el momento no hay indicios de que esa situación haya cambiado o que vaya a cambiar en un futuro inmediato. Y es una lástima que así sea, pues es la única manera de romper el círculo perverso que nos obliga a elegir entre lo malo y lo menos malo, la única forma posible de destronar el bipartidismo que tiene secuestrada la democracia dominicana. Ojalá que los dirigentes de esos partidos y organizaciones así lo entiendan.