Con los  brazos cruzados.-  Es evidente que Danilo Medina está dispuesto a no dejarse provocar, a no permitir que nada ni nadie lo haga precipitar un enfrentamiento con Leonel Fernández, Presidente de la República, presidente del PLD y líder indiscutible de ese partido, pero eso no impide, en modo alguno, que el provocador insista en su propósito de forzarlo a jugar un juego que ni le interesa ni le conviene, y sus recientes declaraciones invocando la unidad de la familia peledeísta y reconociendo el liderazgo del presidente Fernández apuntan a dejar establecido que no será él quien desencadene lo que tanta gente teme que ocurra en el PLD desde que la insidia de la reelección encontró allí terreno fértil para hacer crecer su maligna semilla. Sin embargo, torear las provocaciones de Vinicio Castillo Semán y sus reiteradas acusaciones de que tiene una alianza secreta con los perredeístas para cerrarle el paso  a cualquier iniciativa legislativa que procure hacer posible la repostulación del mandatario le parecerán un juego de niños comparado con lo que le espera, pues los reeleccionistas parecen dispuestos a imponer su guión aunque en el intento tengan que pasarle el rolo a Danilo Medina y a sus seguidores. La visita al Palacio Nacional de 26 senadores, a donde acudieron a ofrecer  respaldo pleno al presidente Fernández, es tan solo una muestra de lo lejos que están dispuestos a llegar, pero también obliga  a cualquier interesado espectador a preguntarse si esa pasividad, ese cruzarse de brazos ante las embestidas y las maniobras cada vez  mas agresivas de los reeleccionistas, no será la mejor forma de Danilo y los danilistas permitir que otra vez les arrebaten el ansiado  caramelo cuando están a punto de llevárselo a la boca para disfrutar de su dulce sabor.