En manos de la Suprema.- Poco a poco, y a pesar de las altisonantes voces pidiendo que se crucifique al doctor Francisco Domínguez Brito, se va apagando el alboroto alrededor de su decisión de solicitar a la Suprema Corte de Justicia que desarchive las investigaciones por presunta corrupción contra el ingeniero Félix Bautista, senador peledeísta por San Juan de la Maguana, pues la verdad es que el destino de las acciones (o mejor dicho de las intenciones) contra la corrupción del gobierno de Danilo Medina, hasta ahora tímidas e incipientes a pesar del pánico exhibido por los Castillo, está en manos del alto tribunal, cuya sala penal acaba de pasarle esa papa caliente a su presidente, el doctor Mariano Germán, pues su pleno será el que finalmente decidirá si las investigaciones contra el entonces director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado se mantienen archivadas hasta el fin de la república, o si se permitirá a la sociedad dominicana empezar a sancionar a los responsables de tanto latrocinio.
¿Ustedes creen que Domínguez Brito tendría ánimos para seguir adelante con su cruzada anticorrupción si el máximo tribunal desestima su solicitud? Claro está, una decisión de esa naturaleza no solo significaría una dolorosa derrota moral para el Procurador General de la República, pues desde hace tiempo estamos hartos de la corrupción y de los corruptos, y más que nada de la impunidad que hace posible que se multipliquen como las ratas en los vertederos. Sería, ¿por qué negarlo?, una gran frustración para los que todavía abrigamos la esperanza de hacer justicia con los depredadores del erario, y convencido estoy de que no serán pocos los que desahogarían esa frustración echándole la culpa a la Suprema de Leonel.