Qué se dice

Qué se dice

Sombrillas amarillas.- ¿Cómo juzgar a una democracia que le teme mas a una    sombrilla amarilla que a un fusil? Ya sabemos, por amarga experiencia, que en este país las protestas pacíficas están prohibidas, sobre todo si se proponen dirigirse hasta el Palacio Nacional o expresarse en sus alrededores, pero la represión de que fueron víctimas por parte de la Policía Nacional los miembros de la Coalición por una Educación Digna, que llevan mas de una semana manifestándose  frente al Congreso Nacional  armados tan solo de vistosas sombrillas amarillas y el reclamo de que se asigne el 4% del PIB a la Educación en el presupuesto del  2011, es sencillamente el colmo. O esta democracia es tan débil que no resiste una protesta frente a la Casa de Gobierno,  o la vocación autoritaria de sus inquilinos es tan fuerte que   sus altos muros son incapaces de contenerla.

Bellaquerías de un detective.-  De todas las bellaquerías que se atribuyen al “detective” Francisco Carela Castro, acusado de colocar sofisticadas cámaras de video en cabañas de moteles para luego extorsionar y chantajear a sus clientes, hay dos a las que debería ponérsele particular atención: la utilización de órdenes de allanamiento originales de la Fiscalía del Distrito Nacional, y el manejo de información que supuestamente solo es del dominio exclusivo de la Policía Nacional o los organismos de inteligencia del Estado. La revelación del fiscal Alejandro Moscoso Segarra deja abierta  la posibilidad de que Carela tuviese cómplices o socios tanto en el Ministerio Público como en los organismos de inteligencia y la Policía, con los que parecía mantener una estrecha relación de “trabajo”. ¿Hasta dónde llega esa colaboración y cuál era su naturaleza y propósito? Establecer los alcances de esa relación es esencial para llevar ese caso, como suele decirse siempre, hasta las últimas consecuencias, pero la experiencia aconseja no hacerse muchas ilusiones.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas