Como nunca antes, los poderosos intereses de las compañías distribuidoras-importadoras de hidrocarburos están enfrentadas a los detallistas, a los que aplican la ley del más fuerte. Débiles y acorralados, los gasolineros parecen condenados a rendirse. Han pretendido infructuosamente un aumento de los márgenes de beneficios en la comercialización y que no les racionen los combustibles. Las mega-estaciones, paridas por las cuatro firmas exclusivas de la intermediación entre la que está Shell- disponen de un flujo garantizado de abastecimiento. En cambio, las de Anadegas viven expuestas a las limitaciones que causa el arribo de crudo trastornado por la escasez de divisas. La rentabilidad de los desamparados negocios de la gasolina al detalle tiende a ser cada vez menor. Andando el tiempo los pejes grandes podrían terminar tragándose a los chiquitos.
[b]Olor a jacho[/b]
Puede que la escogitación del compañero de boleta de Leonel Fernández resulte impactante, estando él en libertad de recurrir a alguien de las filas peledeístas o de otro litoral político con el objetivo de reforzar sus posibilidades que son altas según dos encuestas recientes. Por el contrario, el proyecto de la reelección se muestra en la perspectiva obligada de quedarse dentro de las fronteras del perredeísmo en el momento en que complete la oferta electoral. Lo malo es que los estudios de opinión indican que en la ciudadanía persisten índices de simpatía muy bajos para el partido blanco en sentido general. El PLD, que vive uno de sus mejores momentos de popularidad, tiene a Leonel en condiciones de negociar la candidatura vicepresidencial con sectores ajenos al peledeismo con el viento favorable de una posición cimera en las intenciones de voto y despertar interés en más núcleos de la sociedad. Pero no se vislumbra que Hipólito pueda mejorar sus posibilidades por el hecho de formar binomio con Fello Suberví, Milagros Ortiz o Vicente Sánchez Baret. Las corrientes de opinión se muestran demasiado adversas a todo lo que huela a jacho.
[b]Bateo y corrido[/b]
Ito Bisonó, el joven diputado del reformismo, habría de jugar un papel importante en función de algunas cosas que podrían estar moviéndose entre bastidores y que tienen en la mira a la Suprema Corte de Justicia. La selección de Bisonó para formar parte del Consejo Nacional de la Magistratura ocurre después que se le viera en algunos roles relacionados con los intentos de establecer la sumatoria de votos o Ley de Lemas. El joven Ito, supo, sin embargo, poner distancia de esos aprestos cuando se vio que el rechazo al proyecto era demasiado fuerte a nivel nacional. Su resurgimiento en una posición clave, ahora con posibilidades de afectar al Poder Judicial, emerge en el momento en que se habla de una brumosa maniobra de activación del organismo que podría ejercer controversiales facultades sobre el más alto tribunal de la República. Hay quienes entienden que existe un plan para cercenar el proceso que ha ido colocando a los jueces al margen de abrumadoras influencias de otros poderes. Algunos observadores suponen que con Ito se completa el cuadro para la doble jugada que sacaría a Subero y pondría a juristas del oficialismo en posiciones anotadoras.