Qué  se dice

Qué  se dice

El conconetazo.- Usted va a pensar, y con razón, que son ganas de joder, pero después del palo asechao, como lo definió ayer un economista, de la mentada reforma fiscal, tal vez sea buena idea un poco de choteo, pues si eso se aprueba tal y como fue presentado al Consejo Económico y Social  nos quedarán muy pocas ganas de reir.

 Por eso es válido destacar que, gracias a esa propuesta de reforma, productos de consumo de gran arraigo popular, y en muchos casos despreciados y denostados, han ascendido de rango, por decirlo de algún modo, pues de la noche a la mañana se han convertido en exquisiteces. ¿Quién nos iba a decir que el friquitaqui, la arepa , el gofio, las masitas, el conconete, las tripitas, orejitas, jociquitos, el mondongo y el casabe, entre otros, se iban a convertir en objeto de atención de la voracidad fiscal de los  tecnócratas del gobierno? Eso quiere decir que cuando usted visite una fritura y pida la cuenta  el friturero le preguntará, como si tal cosa: ¿desea comprobante fiscal?

 El hoyo de Leonel.-  Hasta que empezamos a sufrir los devastadores efectos del Hoyo de Baninter, calculado en 50 mil millones de pesos, solo habíamos  oído hablar del Hoyo de Chulín, otro nombre más para la pobreza y la marginalidad. Pero como todo evoluciona en la vida, hoyos incluidos, ahora podemos hablar también del Hoyo de Leonel, apellido Reforma Fiscal, que ayer nos enteramos, tras meses de ver cómo el gobierno jugaba a las escondidas con la cifra, alcanza los  178 mil millones de pesos. Definitivamente,  e´palante que vamos.

   La pregunta impertinente.- ¿Cómo le habrá quedado el ojo al veterano dirigente sindical Pepe Abreu, quien hace unos días  declaró  que Danilo Medina le prometió no gravar los alimentos, cuando se enteró de  que  la reforma  contempla gravar nada más y nada menos que 279 productos alimenticios?

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