Qué se dice

Qué se dice

Las letras pequeñas.-  Como era de esperarse tras el alboroto conque fue recibida la noticia, ahora llueven las explicaciones sobre las razones por las cuales se decidió cobrar un importe de ochenta pesos a los usuarios de las empresas telefónicas, tanto para los celulares como de renta fija, por el derecho de portar  un número utilice o no un servicio del que se beneficiará –según sus promotores– de todas maneras y de muchas formas.

El presidente del Indotel, el doctor José Rafael Vargas, insiste en que el reglamento de la portabilidad numérica se puso a consideración de los usuarios, a los que se dio un plazo de un mes para presentar cualquier objeción, además de que se sometió a una consulta pública en la que se explicó de manera amplia el costo en que incurrirían las prestadoras para adecuarse al servicio, y si se considera, en abono a los argumentos del funcionario, todo lo que se ha cantaleteado  por periódicos y medios electrónicos cualquiera diría que tiene razón, pero solo a medias.

Y es que si bien es cierto que   hemos sido literalmente bombardeados con informaciones sobre las ventajas de la portabilidad numérica, los promotores y propagandistas del nuevo servicio se cuidaron muy bien de que el detalle del cobro de los ochenta pesos a todo el que porte un número  solo apareciera, como quien dice, en las letras pequeñitas, de dificultosa lectura, que siempre se incluyen en   los contratos y a las que nunca nadie  hace caso a pesar de que ignorarlas suele ser fuente, como acaba de ocurrir,  de  sorpresas desagradables.  Después del palo dao, recibamos con resignación  la cacareada  portabilidad, confiados en que no nos reserve más disgustos ni sobresaltos.

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