El colmo.- No peco de atrevido o de fantasioso si conjeturo aquí que detrás del robo de una avioneta privada del aeropuerto internacional Joaquín Balaguer, en La Isabela, que investiga el Instituto de Aviación Civil (IDAC) junto a  los organismos de seguridad del Estado,  está la mano siempre  audaz  del narcotráfico. Pero independientemente de quién esté detrás de ese hecho insólito o cuál haya  sido el propósito de los ladrones  es evidente que se trata de un imperdonable  descuido, inconcebible en estos tiempos,  de parte de los responsables de la seguridad de esa terminal aeroportuaria, desde donde partió la aeronave  –valorada en mas de dos millones de dólares– la madrugada del pasado domingo con destino a algún país de Sudamérica. Tan grande ha sido ese descuido que no son pocos los que dudan que realmente se tratara de un robo, pero  hay que reconocer que sea cual  sea la razón por la cual un avión desaparece de uno de nuestros aeropuertos sin que ninguna autoridad pueda explicar las circunstancias ni el destino de la aeronave es sencillamente el colmo, que además  explica  porqué estamos tan mal como estamos en materia de seguridad pública.

Desprotegidas.-  Y la matanza de mujeres continúa, cual río de sangre que no cesa. Ayer se sumó a la escalofriantemente larga lista de mujeres que este año han sido asesinadas por sus parejas o sus “ex”  una adolescente de 14 años en Moca, a quien su novio, también menor de edad, mató de dos puñaladas porque ella se negaba reconciliarse, apelando a la lógica  fatal que dice  “mía o de nadie”.  Como ha ocurrido en otros  casos, las autoridades estaban al tanto de las amenazas que recibía la menor ya  que los  familiares de la muchacha se habían querellado en la Fiscalía de Moca buscando protegerla  de su agresor, pero desgraciadamente en esta ocasión, al igual que  otras tantas, esa protección no llegó a tiempo para salvarle la vida.