Disuasivo.- Es comprensible que a  muchos no agrade el espectáculo, sin duda deprimente, de ver cómo se humilla a un hombre delante de sus compañeros de armas, pero no hay dudas de que constituye un buen disuasivo para aquellos que, dentro de las filas de la Policía Nacional, deshonran con sus inconductas el uniforme que llevan, como ha sido el caso, para citar tan solo el más reciente, de un sargento mayor y un cabo de la institución que secuestraron a un comerciante haitiano al que despojaron de 37 mil euros y golpearon hasta darlo  por muerto.

Por supuesto, muy lejos está ese grotesco espectáculo (la cancelación deshonrosa, en formación general, del sargento mayor Obispo Contreras y el cabo Silverio Sandro Familia fue la novena de este año) de evitar que los policías sigan involucrándose en actos delictivos,   pues para que eso suceda hace falta que en la institución del orden se produzca una profilaxis profunda pero también  muy cuidadosa, ya que al tratarse de una infección tan grande y tan extendida en el cuerpo del orden (la actual jefatura ha cancelado por mala conducta a más de mil agentes en lo que va del 2007 ) se corre el riesgo  de matar al enfermo al intentar erradicar la virulenta enfermedad.

Pena y verguenza. Las carreteras de la región Este  dan pena, pero cuando se piensa que  hablamos de la zona donde se encuentra el más importante polo turístico del país esa  pena se va trocando en rabia hasta terminar  convertida en verguenza. Se trata de un descuido, el de nuestros gobiernos, absolutamente  imperdonable, difícil de entender tratándose de un país que vive, literalmente, del turismo, y que ya va siendo hora de enmendar, y si no que le pregunten a los  choferes y transportistas de la región que el pasado lunes celebraron un paro  en reclamo de la reparación de las vías que comunican a los distintos pueblos de la región. El paro, completamente pacífico, recibió el respaldo de las comunidades, pero sus organizadores prometen repetirlo, esta vez con carácter indefinido, sino reciben una respuesta positiva de las autoridades. El ingeniero Víctor Díaz Rúa, secretario de Obras Públicas,  tiene la palabra.