Una frontera virtual.- Si de alguna cosa salimos convencidos muchos de los que participamos en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, que esta semana recibió a los senadores “fronterizos”, fue de la ineficacia de los organismos de seguridad del Estado (DNCD, Cesfront,  J-2, G-2, Doif) a todo lo largo y ancho de la frontera con Haití. Sonia Mateo (Dajabón), Dionis Sánchez (Pedernales), Heinz Vieluf (Monte Cristi), Adriano Sánchez Roa (Elías Piña), y Juan Orlando Mercedes Sena (Independencia), no solo mostraron  un amplio catálogo de    necesidades y carencias  que agobian a la zona y a su gente,  sino que también fueron particularmente enfáticos al subrayar la falta de coordinación entre esos organismos, empezando porque todos hacen lo mismo (o por lo menos lo intentan), lo que termina provocando que ninguno cumpla a cabalidad y con eficiencia su  responsabilidad de resguardar adecuadamente una frontera por demás vulnerable, que al decir de los propios legisladores solo existe de manera virtual, de todo tipo de trasiego o contrabando, desde armas de fuego hasta drogas y, sobre todo, indocumentados haitianos.

Claro está, los senadores son los primeros en  reconocer que se trata de una situación que viene de lejos en el tiempo, tanto que se remonta a los orígenes mismos de ambas naciones, pero que hoy por hoy, con el mortal cólera segando vidas de aquel lado de la frontera sin compasión ni misericordia (hasta anoche se habían contabilizado 1,230 víctimas y 18,382 hospitalizados, pero los expertos calculan que podrían llegar a 10,000 si no se contiene la epidemia) constituye la principal amenaza a la seguridad de eso que todavía llamamos, con cierto sentido de pertenencia, República Dominicana.