Frustración.- Aparentemente frustrado porque la posibilidad de conseguir el  aumento salarial de los médicos a través de la mediación del presidente del Senado, Reynaldo Pared Pérez, y de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, se ha vuelto sal y agua, el doctor Waldo Ariel Suero acaba de anunciarle al país su intención de estropear  la paz y la tranquilidad que deben reinar en estas  fiestas navideñas con la realización de marchas, piquetes, protestas y huelgas en los hospitales públicos, eso que saben hacer tan bien los médicos cuando están comandados por el actual presidente del gremio.

La cerrazón del Poder Ejecutivo frente a los reclamos de los médicos, expuesta de manera patente en la inexplicable renuencia del presidente Fernández a juntarse con su directiva como ha hecho con tanta gente, incluídos los repudiados “dueños del país”, ha podido mas que las buenas intenciones de los legisladores, que se hubieran anotado un gran logro si gracias a su mediación  los médicos hubieran conseguido el objetivo por el que tanto han luchado, devolviéndole, de paso, la tranquilidad a los hospitales públicos.

Confiemos en que el anuncio del presidente del CMD sea tan solo una baladronada, un desahogo para sacarse de dentro  la frustración de sentir cómo, después de tantas jornadas de lucha, de tantas promesas postergadas, continúa con las manos completamente vacías, pero aprovechemos también la oportunidad para recordarle a los médicos, al igual que a las enfermeras, los choferes o cualquier otro sector o grupo de presión, de esos que tanto abundan en una democracia que a veces parece  regirse por la Ley de la Selva, que el ejercicio de su derecho a la protesta o a la exigencia de las que entienden sus legítimas reivindicaciones no pueden pasar por encima del derecho del resto de la sociedad a vivir en paz y tranquilidad en diciembre o en cualquier época del año. Es cuanto.