Qué se dice

Qué se dice

Los periodistas que asistieron al acto donde se dieron a conocer los detalles de la aplicación del Plan Renove a los motoconchistas en el Parque del Este, no pudieron pasar por alto el extraordinario despliegue de recursos del que hicieron gala sus organizadores. Solo AMET, bajo la dirección del mayor general Pedro de Jesús Candelier, dispuso de más de 50 de sus agentes, tres yipetas y decenas de motores franqueadores, sin dejar de mencionar la grúa de la institución en la que se transportó el equipo de sonido que se utilizó en el acto. Los felices motoconchistas, procedentes de todos los rincones del país, que abarrotaron el estadio de balonmano, llegaron al lugar a bordo de decenas de autobuses donados por la Presidencia de la República a los ayuntamientos del país, tras ser contactados por miembros de AMET y empleados de otras dependencias del Estado en sus respectivas provincias y comunidades. Si alguien sabe cómo se llama eso, favor de informárselo al señor Santiago Murray, jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).

[b]Fuera de ambiente[/b]

Conocidos los previsibles resultados del estudio conjunto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la Academia de Ciencias, que estableció altos niveles de toxicidad en el llevado y traído «rock-ash», no es ocioso hacerse la pregunta. ¿Seguirá la Secretaría de Medio Ambiente, a través del subsecretario de Gestión Ambiental René Ledesma, defendiendo esa barbaridad? Resulta difícil cuantificar, en estos momentos, los alcances y consecuencias del daño provocado por ese material tanto en Arroyo Barril, Samaná, como en el puerto de Manzanillo, en Monte Cristi, aunque tarde o temprano habrá que pedirle cuentas a alguien por ese incalificable crimen. Como tampoco será fácil que la secretaría de Medio Ambiente, que ha dejado el pleito del «rock ash» a los medios de comunicación, salga bien librada de ese escándalo, mucho menos si su titular, que no dice esta boca es mía aunque se esté cayendo el mundo, luce completamente fuera de ambiente a pesar de suponérsele consciente de la naturaleza de las responsabilidades que se le han confiado.

[b]Contraste[/b]

Lo que se está preguntando mucha gente, a propósito del insólito espectáculo clientelista montado en el Parque del Este por los directivos del Plan Renove para motoconchistas, es de dónde saldrán los recursos económicos que permitirán financiarle una motocicleta «a todo el que quiera», siempre y cuando esté dispuesto a promover la reelección del presidente Mejía, con la oferta adicional -para hacer más atractivo el «combo»- de la licencia de conducir, la placa y también el seguro. Y es que resulta difícil imaginar, por más descarados que puedan llegar a ser quienes nos gobiernan, que se pretenda sacar todo ese dinero, todavía sin precisar, de los escuálidos bolsillos de los contribuyentes, mientras los contratistas de los Juegos Panamericanos, a quienes se adeuda cerca de 700 millones de pesos, hacen malabares inimaginables para evitar la quiebra de los negocios por los que han trabajado toda la vida.

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