Qué se dice

Qué se dice

El informe.- No nos hagamos los pendejos ni pongamos cara de ofendidos: Amnistía Internacional no ha venido a decirnos nada que no sepamos ya de nuestra Policía Nacional, y el caso de Jairo Durán, un estudiante de contabilidad del Centro Universitario Regional del Norte, en San Francisco de Macoris, debería bastar para recordarnoslo.

El lunes pasado, en horas de la noche, Jairo regresaba a su casa cuando fue víctima de dos atracadores que a punta de pistola  lo despojaron de su motor,  su celular y su cartera. Auxiliado por otros  estudiantes a los que les relató lo ocurrido, les pidió que lo llevaran hasta  el destacamento policial del municipio de Bijao para poner la querella, donde se encontró con la desagradable sorpresa de que los dos hombres que lo acababan de asaltar, uno de ellos un agente policial, se encontraban allí sentados, cherchando y de lo mas quitados de bulla.

Así las cosas, nada de lo que nos diga el informe de Amnistía  sobre el comportamiento  de nuestra Policía Nacional debe causarnos sorpresa, como tampoco debe hacerlo su principal recomendación: las autoridades dominicanas deben abocarse, con carácter de urgencia, a emprender una reforma de la institución del orden como solución a los alarmantes niveles de homicidios y torturas a manos de  uniformados, responsables –según el informe– del 10% de los homicidios ocurridos durante el 2010. ¿Cuántas veces habremos oído hablar aquí, mucho antes de que se conociera  ese informe, de la necesidad de reformar la Policía, de sacar las manzanas podridas de sus filas o de mejorar sustancialmente los salarios de miseria que se les paga a sus miembros? En resumen: si aquí no se ha hecho lo que hay que hacer con la Policía Nacional ha sido, simplemente, porque los gobiernos “democráticos” que hemos tenido desde la caída de la dictadura de Trujillo para acá no les ha interesado cambiar su naturaleza represiva y corrupta.

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